miércoles, diciembre 22, 2004

Cuarta sonrisa


Acabo de recordar un sueño.
De esos, recurrentes.
Entraba en casa de mi abuela, completamente en ruínas, a rescatar cosas.
Y de esta vez, salía con los dos tomos del diccionario de Manuel Seco.
Cómo pesaban los tochos!!
Mi abuela es así.
Aunque ya no esté siempre me da lo que le pido
(y de qué manera)

3 comentarios:

thirthe dijo...

Creo que adivinan incluso lo que queremos, y se las arreglan para dárnoslo a entender.

(cierto que el subconsciente en sueños tambien hace de las suyas)

Beso enorme desde aquí.

Anónimo dijo...

Y que hermoso es recuperarlas de tanto en tanto en algún sueño, como si el sueño fuera el que ya no están.
¿Que tendrá de especial ese amor de abuela, que se acerca y todo lo entiende? Estoy deseando saberlo...
Te quiero Marmi.

thirthe dijo...

Marmi, déjame que repita eso de "como si el sueño fuese el que ya no están" porque es la sensación que se trae del sueño, tan fuerte debe ser el deseo de que permanezcan.

Abuela...hmmm...en cuanto te des cuenta!!

Besosbesosbesos