miércoles, marzo 15, 2006

en casa



nos quedaremos en el porche desde que rompa el alba (aunque ahora sea mediodía) hasta que caiga el último rayo de sol; y, en ese atardecer violeta, cuando empiece a notarse el aire fresquito, me arrimaré a ti, apoyaré mi cabeza en tu hombro, y no habrá más dudas que entrar en casa o dejar que el frío se vaya metiendo en los huesos(ahí estás tú con la rebeca); mientras, en el cielo van despertando las estrellas y en nuestro espacio no hay lugar para las preguntas.

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