
Si la verdadera belleza es aquella que consigue romper los cánones, la verdadera poesía la encuentro en la palabra no siempre escrita para perdurar, sinó en la efímera, la que se lleva el viento nada más escucharla, la poesía del lenguaje cotidiano.
Unas veces eran palabras, pensamientos, impresiones, sinsentidos; otras, historias bonitas o estrafalarias. Todo ello entrecruzado, y recogido al vuelo, entre dos habitantes de la red. Ya no.