martes, junio 15, 2010

sonrisa cincuenta y tres

no atreverse
marchar
y seguir aquí
un tiempo regalado
una rémora
dos lágrimas inundan mis ojos
colirio del alma
para ver claro
libertad
prendida por ataduras invisibles.

ven, nena,
vamos a buscar poesía.

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