miércoles, noviembre 23, 2005

sin foto

Pulgarcito
vació por dos veces sus bolsillos
y no encuentra el camino de casa para volver

en los míos queda todavía/sólo un olorcillo a ajos.

martes, noviembre 15, 2005

sin título



me empiezo a difuminar

tengo un absurdo empeño en mirar atrás

y comprenderme toda, ser todas en una

existe el antes, el después

y el ahora se vuelve un mientras tanto.

sábado, noviembre 12, 2005

viernes, noviembre 04, 2005

mi sonrisa


Hasta ahora no he dicho por qué el título de este blog.
La sonrisa de audrey hepburn.
Podría ser porque admiro a la actriz.
Y así es, la admiro.
Pero hay algo más.
Tiene que ver con algo que me ocurrió cuando era niña. Una niña normal que se creía igual a todas las demás y que tampoco quería ser distinta. Con once o doce años a lo que se aspira (yo, al menos) es a pasar desapercibida dentro del grupo, la mejor manera de ser admitida en él. Había llegado nueva a mitad de curso, libros nuevos, profesores (profesoras) nuevos que ni se preocuparon en ponerme al día, hasta ejercicios de gimnasia distintos que me hicieron temer por la única asignatura en la que pensaba encontrarme a gusto. No me llevó mucho tiempo adaptarme, me prestaron libretas, me enseñaron a hacer el pino, me admitieron en sus juegos... una vez vestida con el mismo mandilón me veía a mi misma una niña más, que no se diferenciaba en nada de las otras.
Hasta que un día, en una de esas filas que para todo era necesario formar, la compañera que estaba detrás me miraba con insistencia, y se reía para mi. Yo también me reí. Y sin más, me dijo, me gusta como sonríes. Por qué, quise saber,cómo sonrío? No sonrío como tú? No, contestó, tú pones los ojos así, y los estiró para dejarlos oblicuos, como los chinos. Creí que me estaba tomando el pelo. Ella tenía unos ojos claros, azules, cerraba mucho los párpados al sonreir, y las pestañas, las recuerdo como si fuera hoy, eran largas y curvas. Ella sí que tenia una sonrisa bonita.
La mía, al parecer, era distinta
No me había fijado en mis ojos. En cuanto pude mirarme al espejo comprobé que sí tenía los ojos algo oblicuos, y al sonreir se notaba más. Observé a las otras y todas tenían unos ojos rectos y su sonrisa no recordaba a los chinos. Ya no volvía a ser como ellas.
Empecé a mirar con los ojos bien abiertos, de modo que quedasen redondos, y a sonreír sólo con la boca, con los labios. Una vez que aprendes luego resulta fácil repetir.

Y así debí de sonreír durante algún tiempo de niña.
Con los ojos serios.
Para no diferenciarme.

Después,sin querer, inconscientemente, le buscaba los ojos a todas las sonrisas. A las occidentales, claro, de las exóticas no me importaba saber. Y un día me encontré con una que me encandiló, y que además tenía algo que me resultaba familiar, pues me miraba con unos ojos no del todo rectos, sinó tirando a oblicuos.

Y sin embargo me seguia pareciendo hermosa, ella, la sonrisa.

No es necesario decir qué le pasó a la mía.;-)))